PSICOLOGÍA EVOLUTIVA
INICIO DEL DESARROLLO
Desarrollo Prenatal:
Etapas, factores genéticos y ambientales que incluyen en el mismo:
LA
ETAPA PRENATAL O FASE PRE-NATAL: La etapa o fase prenatal es la primera de las
etapas dentro del desarrollo del ser humano y precede a la infancia. También se
le denomina fase de la vida intrauterina o etapa de desarrollo intrauterino. Es
la que se desarrolla en el vientre materno en el periodo también llamado
embarazo. Transcurre desde la concepción o fecundación del nuevo ser (unión de
las células sexuales femenina y masculina, el óvulo y el espermatozoide) hasta
su nacimiento en el parto.
Tiene
tres periodos o fases:
1.
PERIODO GERMINAL ZIGOTICO
Se
inicia en el momento de la concepción, cuando el espermatozoide fecunda al
óvulo y se forma el huevo o zigoto (o cigoto). Esta célula inicial comienza a
subdividirse en otras células y aumenta de tamaño hasta formar el embrión, que
al final de la segunda semana se arraiga en el útero.
2. PERIODO EMBRIONARIO
Período
del embarazo que va desde el final de la segunda semana después de la
concepción hasta el final del tercer mes (primeras 12 semanas). El embrión se
encuentra en desarrollo y este es el periodo en el que más sensible es a
posibles daños por factores diversos (a continuación algunos de estos
factores):Por consumo de alcohol, ciertos medicamentos, drogas estimulantes,
infecciones, deficiencias nutricionales, radiografías o radioterapia
Un
embrión de unas siete semanas puede tener un tamaño de 10 milímetros y se
divide en tres capas: Endodermo o capa más interna del embrión, mesodermo o
capa intermedia del embrión, ectodermo o capa externa del embrión. Estas capas
se van diferenciando hasta formar los esbozos de los futuros sistemas o
aparatos corporales. Del ectodermo se forma el sistema nervioso y los órganos
de los sentidos. Esta fase o periodo se divide en cinco etapas en función de la
parte del cuerpo que se está desarrollando en el embrión.
3.
PERIODO FETAL
Es
el periodo en el que el embrión llega a su culminación, el feto ya tiene la
definida la forma de un ser humano y seguirá desarrollándose 7 meses más hasta
abandonar el claustro o útero materno a través del nacimiento o parto. El
nacimiento o parto marca el final de esta etapa del desarrollo humano y da
lugar a la etapa de la infancia.
FACTORES
GENÉTICOS Y AMBIENTALES QUE INFLUYEN EN LA ETAPA PRENATAL
A grandes rasgos se puede afirmar que,
dentro de los factores que influyen en el crecimiento, la herencia determina el
potencial del niño, mientras que el entorno influye en el grado de desarrollo
que se consiga de este potencial. Estos dos factores están tan íntimamente
relacionados entre sí que se podría hablar de ellos como de entidades virtuales
imposibles de separar. Sin embargo, a pesar de esa relación, sí que se pueden
diferenciar distintas variables dentro de cada grupo, como se expondrá a continuación.
A. Factores endógenos
Entre los factores endógenos que influyen
en el crecimiento en la etapa prenatal se encuentran:
Factores
genéticos (herencia y constitución): como su nombre indica, están constituidos
por el potencial transmitido por los progenitores al niño. Las circunstancias
personales, familiares raciales y sexuales desempeñan, por tanto, un papel
importantísimo en ellos. Resulta evidente, además de existir multitud de
estudios que así lo demuestran, que la talla que alcanzará un individuo en su
etapa adulta está en relación con la talla de la familia; que los varones son
en general más altos que las hembras; o que ciertas razas son por lo general
más altas que otras. Toda esta información está presente en los genes y
determinará en gran medida –aunque no en su totalidad- el futuro crecimiento
del niño. Estos factores son genéticos y, por tanto, no modificables
artificialmente, y constituyen la base principal sobre la que se desarrollará
el crecimiento del nuevo ser humano en esta etapa.
Circunstancias
gestacionales y generacionales: en general, los hijos de madres muy jóvenes o
de edad avanzada suelen tener pesos y tallas menores que la media. De igual
modo, los primogénitos suelen ser más pequeños que sus hermanos.
B. Factores exógenos
Entre los factores externos y, por tanto,
modificables, que influyen en el crecimiento en la etapa prenatal se
encuentran:
La
situación socioeconómica de la familia: posiblemente sean éstos los factores
más influyentes, ya que engloban un determinado régimen de vida, alimentación,
tratamiento y prevención efectiva de enfermedades, higiene, ejercicio por parte
de la madre, etc. Todo esto influye en el crecimiento del feto y se puede
evidenciar en países con clara diferencia de clases sociales donde se ve que
los ricos, al nacer, son en general más altos que los pobres. A medida que el
nivel socioeconómico aumenta se produce un mayor crecimiento, llamado
crecimiento secular, que implica que la talla de las sucesivas generaciones va
siendo mayor. Sin embargo, se ha demostrado que estas diferencias tienen un
límite, lo que indica que la influencia de estos factores es limitada. Dentro
de esta situación socioeconómica como factor exógeno importantísimo en el
crecimiento en la etapa intrauterina hay que destacar el factor alimentación
(de la madre) (2), ya que el feto se alimentará mejor o peor en función de las
posibilidades que la madre le ofrezca. En resumen, se puede decir que, aunque
el potencial del ser humano viene marcado por sus genes, la materialización de
este potencial, es decir, su expresión en mayor o menor medida, vendrá
determinada por una serie de factores entre los cuales los socioeconómicos
tendrán gran trascendencia. Sin duda, la familia, la sociedad y la cultura
tienen la facultad de promover o inhibir el crecimiento prenatal.
Factores
climatológicos y estacionales: existen mecanismos desconocidos que ejercen
influencia sobre el crecimiento prenatal en diferentes períodos estacionales.
Así, los fetos concebidos en el hemisferio norte tienen una tasa de crecimiento
máxima en los meses de la primavera, mientras que es mínima durante el otoño.
En el hemisferio sur ocurre lo contrario. Por otro lado, por encima de 1500
metros de altitud crecen menos que los que lo hacen por debajo de esa altitud.
Factores
ambientales-teratogénicos: el medio ambiente –entendido como tal y no como
circunstancias socioeconómicas- también influye de una forma clara en el
crecimiento intrauterino. Existen factores teratogénicos (agentes externos,
como los virus, los fármacos, los productos químicos, contaminantes
medioambientales y ciertos tipos de radiación) que se encuentran en mayor
medida en ciertos ambientes que pueden perjudicar el desarrollo prenatal y
producir anormalidades, discapacidades o incluso la muerte. Todos ellos
constituyen factores de riesgo, pero no factores de destrucción ineludible, ya
que la posibilidad de que un factor teratógeno concreto dañe a un embrión o a
un feto en particular depende de otros muchos factores, como la secuencia y la
cantidad. Por ejemplo, si el daño se produce, será de mayores consecuencias si
la madre ha estado expuesta al principio del embarazo, ya que el periodo
crítico coincide con las primeras ocho semanas del desarrollo, cuando se están
formando los órganos y las estructuras corporales fundamentales (organogénesis)
y es menos probable si la futura madre está sana y bien alimentada, ya que una
mujer gestante bien nutrida, independientemente de actuar como una primera
línea de defensa contra el bajo peso al nacer, actúa como una pantalla
protectora contra diferentes defectos al nacimiento. El índice más alto de
complicaciones de nacimiento en madres jóvenes puede ser, principalmente, el
resultado directo de dietas inadecuadas y desequilibradas de muchas chicas
adolescentes. Por lo cual se vuelve a observar cómo los distintos factores
tienen un grado de correlación muy alto y que su interdependencia es clara. Por
otro lado, y dentro de este grupo de factores, la influencia del tabaco en el
embarazo también es recogida por diversos autores (3) como perjudicial,
causando de media una reducción de 180 gramos en el peso de feto y un 30% de
aumento de mortalidad del mismo. El tabaco posiblemente afecta a la sangre
contenida en la placenta y a la nutrición del feto. El alcohol ingerido por la
madre, por otra parte, parece afectar reduciendo igualmente el peso y causando
un desorden conocido como “síndrome de alcohol fetal”, descrito por el equipo
del profesor David Smith en la Universidad de Washington en Seattle (4).
Factores
afectivos: si bien estos factores son aún discutidos, parece ser que un
adecuado soporte afectivo facilita el crecimiento, mientras que la falta de
estímulos afectivos frena el crecimiento (por ejemplo, en el llamado enanismo
afectivo el niño crece en el hospital y no en su casa). Estos factores, sin
embargo, afectarían sobre todo al desarrollo psicológico del niño (5). El papel
del padre es importante, ya que su relación con la madre afectará a ésta que, a
su vez, transmitirá dicha influencia al gestante. Dentro de estos factores se
pueden incluir aquéllos relacionados con los deseos de la madre -conscientes o
inconscientes- que tendrán su influencia tarde o temprano en el comportamiento
del niño.
Factores
psicofísicos: las perturbaciones orgánicas importantes y mantenidas
(cardiopatías, nefropatías, etc.) por parte de la madre afectan, sin duda, en
sentido negativo al crecimiento del feto. Estos factores no englobarían a los
relativos a las circunstancias ambientales, sino a las propias deficiencias
orgánicas de la madre por su estado físico. Sin embargo, pueden a su vez verse
afectados por otros como el tabaquismo, consumo de alcohol, etc., ya estudiados
anteriormente dentro de otro grupo, lo que reincide en la alta correlación de
unos con otros, y de la delgada línea de separación entre todos ellos.
Etapa
del Recién Nacido:
Un
neonato (del latín neo nato) o recién nacido es un bebé que tiene 27 días o
menos desde su nacimiento, bien sea por parto o por cesárea.1 2 La definición
de este período es importante porque representa una etapa muy corta de la vida;
sin embargo, en ella suceden cambios muy rápidos que pueden derivar en
consecuencias importantes para el resto de la vida del recién nacido. El
término se ajusta a nacidos pretérmino, a término o postermino.
Durante
los primeros 30 días de vida, se pueden descubrir la mayoría de los defectos
congénitos y genéticos. No todas las anomalías genéticas se manifiestan por su
clínica en el momento del nacimiento, pero con el manejo adecuado, se pueden
descubrir, prevenir y tratar gran parte de las enfermedades del nuevo ser
humano.
El
recién nacido puede presentar aspectos muy diferentes atendiendo a numerosos
factores propios, de su madre o del periodo gestacional. Por otra parte,
existen numerosos fenómenos transicionales, derivados de la adaptación del
neonato al nuevo entorno en el que se desenvuelve. Este hecho conlleva una
serie de cambios, la mayoría predecibles, que establecen la norma del
desarrollo y crecimiento infantil y patológico que tienden a señalar la
aparición de signos.
CARACTERISTICAS GENERALES DEL RECIEN NACIDO
La
cabeza del recién nacido es proporcionalmente mayor al resto del cuerpo, siendo
el valor promedio de perímetro craneal de 33 a 35 cm.
El
peso aproximado de un recién nacido a término es entre 3-3,5 Kg.
La
talla aproximada de un recién nacido a término es entre 48-52 cm. La talla de
nacimiento, así como la de adulto está influida por la talla de los padres.
A
veces los recién nacidos presentan en la piel o en el cuerpo algunas
peculiaridades que no tienen ninguna importancia pero que asustan o preocupan a
los padres si no han obtenido información previamente al nacimiento. Vamos a
ver las más habituales:
CAPACIDAD
AUDITIVA: se adquiere ya dentro del útero materno, por lo que cuando el bebé
nace, lo tiene bastante desarrollado. Los sonidos de poco volumen o las voces
suaves (especialmente de la madre) le tranquilizan. Cualquier ruido intenso lo
sobresalta e inquieta.
CAPACIDAD
VISUAL: durante los primeros días el bebé no puede ver más allá de los 30 cm. La
calidad de su imagen visual es bastante precaria.
CAPACIDAD
OLFATIVA: desde el nacimiento el niño tiene esta capacidad. En una semana
aprende a distinguir el olor de la piel materna y de su leche si lo amamanta.
Esta identificación tan peculiar ayuda a fomentar el vínculo afectivo entre
madre e hijo, por eso se aconseja a las madres que no usen colonias fuertes ya
que su olor puede despistar al bebé.
CAPACIDAD
GUSTATIVA: el recién nacido es capaz de distinguir los diferentes sabores.
CAPACIDAD
TÁCTIL: el bebé percibe intensamente toda manipulación que se le realice. Esta
es una buena baza para los padres, porque pueden usar este sentido para
transmitir tranquilidad y afecto al bebé (lo pueden calmar y hacerlo sentir
seguro).
Las
primeras deposiciones -en las primeras 48 horas de vida-, llamadas MECONIO, son
negruzcas, espesas y pegajosas. A partir del tercer día, aparecen las llamadas
heces de transición, que tienen un color verde-pardo y la misma consistencia
del meconio.
A
partir del cuarto día, las deposiciones son diferentes según el tipo de
lactancia del bebé (materna o artificial). Los bebés que toman pecho presentan
unas heces semi-líquidas de color amarillento y aspecto grumoso; el olor es muy
característico. Los bebés que toman biberón tienen unas heces inodoras más
duras y eliminan con menos frecuencia.
La
frecuencia de deposición normal de un bebé va desde una vez después de cada
toma (cuando ingieren alimento se estimula el reflejo de defecación) a una vez
al día. Si pasadas 48 horas el niño no ha realizado ninguna deposición, deberá
proporcionársele una "ayuda", bien introduciéndole la punta de un
termómetro digital impregnada de aceite y haciendo leves rotaciones (con mucha
delicadeza!); o bien introduciéndole un supositorio de glicerina especial para
lactantes.
ETAPA DE LOS DOS PRIMEROS AÑOS DE VIDA:
ESARROLLO FÍSICO Y PSICOMOTOR
Entre
el nacimiento y los 6 años de vida del niño se producirán importantes
transformaciones en el ámbito físico y psicomotor que afectarán tanto a la
parte fisiológica del sistema como a las acciones motoras, así como a la
representación que del propio cuerpo y de sus cambios irá siendo interiorizada.
La
relación íntima existente entre movimiento y psiquismo, así como también las
implicaciones de ambos con el propio organismo y el medio en el que éste se
desenvuelve, conforman la base de lo que llamaremos psicomotricidad. El
desarrollo físico y psicomotor viene a ser como un nudo que une un componente
práctico y de proyección externa con otro interno o simbólico y cuyo objetivo
es que el niño consiga el control del propio cuerpo y obtenga el máximo de sus
posibilidades de acción y expresión.
Sólo
podemos concebir el desarrollo de la psicomotricidad infantil si se integran
los diferentes aspectos que nutren y envuelven la vida del niño: aspectos
físicos, psicológicos, afectivos, relacionales y sociales.
Proceso
de crecimiento:
Está muy organizado por los genes, por el cerebro y las hormonas y abiertas a
influencias del entorno.
Durante
esta etapa va ser determinante para cómo se van a comportar. Los primeros años
de vida nuestro organismo tiene un esquema de vida muy marcado. El desarrollo
del cerebro es lo que facilita que se vaya desarrollando durante los primeros
meses de vida unas acciones u otras.
BASES DEL DESARROLLO PSICOMOTOR Y CONTROL
POSTURA
El
desarrollo psicomotor entendido en su totalidad engloba ambas áreas en un solo
concepto de m ayor envergadura y
complejidad: el esquema corporal. Por este término entendemos la representación
que las personas construyen a lo largo de su infancia, adolescencia, y primeros
años de la edad adulta sobre su propio cuerpo, sus posibilidades de movimiento
y acción, y sus lógicas limitaciones. Es por así decirlo, una construcción
progresiva en la que distintos elementos y factores interactúan gracias a la
maduración y al os aprendizajes que se realizan. A esta construcción se llega a
través de un largo proceso lleno de ensayos y errores, de ajustes progresivos
de la acción motora a los estímulos internos y externos y, también, a los
propósitos de la conducta motriz en cada situación.
Además
para la completa edificación de esquema corporal se precisa la experiencia social.
El niño obtendrá la información necesaria para su propio desarrollo de la
interiorización progresiva de esas percepciones.
Uno
de los elementos que otorga sentido y actúa como catalizador constructivo de la
experiencia social es el desarrollo del lenguaje. La palabra será un
instrumento para poder controlar el pensamiento sobre la conducta psicomotriz,
ya que aporta significado a todos aquellos conceptos que fundamentan y
organizan el mundo exterior, los objetos y el propio cuerpo.
Desarrollo
psicomotor:
-
calendario madurativo
-
interacción/estimulación
La
psicomotricidad es una serie de ejercicios que permiten desarrollar unas
actividades a partir de ejercicios físicos. Los niños mediante jegos descubren
hasta donde pueden llegar su organismo.
Meta
del desarrollo psicomotor:
-Control
del propio cuerpo
-Conseguir
todas las posibilidades
DESARROLLO
PSICOMOTOR
Se
refiere a la evolución de las capacidades para realizar una serie de
movimientos corporales así como la representación de los mismos.
1.
En los dos primeros años de vida el niño adquiere el control y sostén de la
cabeza, la sed estación y la bipedestación.
2.
En la etapa que discurre de los tres a los seis años hay una maduración
motórica que se manifiesta en el dominio de la marcha, la carrera y las
actividades manipulativas.
3. A
partir de los cinco años, el niño pasa el estadio global al de diferenciación y
análisis de los distintos segmentos corporales.
4.
El comienzo de la escolarización supone un nuevo sometimiento a normas sociales
y un contacto entre iguales. Predomina el juego simbólico frente al puramente
motórico, y se va iniciando el juego reglado.
Al
centrarnos en la etapa educativa de los 0 a los 6 años podemos diferenciar con
cierta claridad dos grandes áreas de desarrollo psicomotor:
· La
organización del eje corporal, que permitirá al niño conseguir de forma paulatina
la autonomía de movimiento. Tradicionalmente, esta área recibe el nombre de
motricidad gruesa (coordinación de los grandes músculos)
·La
organización práxica, que le permitirá convertir sus manos en instrumentos de
extraordinaria precisión. Es la llamada motricidad fina: se irá dominando el
manejo de los músculos de la muñeca y de los dedos-prensión más fina y precisa,
mayor presencia de movimientos voluntarios y controlados, mayor independencia
de segmentos motores particulares y se irá ganando mayor soltura y precisión en
conductas propias.
DESARROLLO
COGNITIVO
Piaget
en la década de los 30, mostró a los bebés como activos exploradores de la
realidad y como unos incansables constructores de su propia inteligencia en
interacción con los objetos de su entorno. Durante años, la descripción de
Piaget de la inteligencia sensoriomotora, que se desarrolla desde el nacimiento
a los 18-24 meses, fue el punto de referencia único e incuestionable sobre el
desarrollo cognitivo de los bebés.
A
partir de la década de 1960, en el marco de la denominada revolución cognitiva,
se demostró que las capacidades perceptivas eran muy superiores a las que se
les había atribuido.
En
las décadas de 1980 y 1990 se produjo un gran avance en el análisis de las
capacidades cognitivas de los más pequeños.
Durante
muchas décadas, sus juicios y conclusiones sobre cómo era y de qué manera
funcionaba el pensamiento infantil han sido la base teórica sobre la que se ha sustentado
la práctica educativa.
Es
necesario tener presente que Piaget divide la secuencia del desarrollo
intelectual infantil en estadios o períodos de edad. En cada uno de ellos, el
niño presenta modos de conducta y maneras de pensar características y
diferentes.
PERCEPCIÓN
Y ATENCIÓN
El
niño nace con los 5 sentidos en fase de desarrollo. Unos más que otros por
ejemplo: el olfato y la vista están menos desarrollados y el tacto y el gusto
más desarrollados.
La
percepción es el elemento básico para cualquier procesamiento de información.El
cerebro infantil, desde los primeros días de vida, selecciona de entre la masa
de información que recibe aquella que le resulta más adecuada para elaborar
nuevos conocimientos. La percepción nos marca la diferencia entre ver y mirar,
entre oír y escuchar.
LA
VISTA
Los
recién nacidos ven. Incluso pueden seguir algún objeto y si se les cae algo a
la cara reaccionan de forma defensiva. Distingue colores (prefiere más el rojo
que el blanco).
Varios
meses después desde visión borrosa a nítida.
A
los 3 meses le permite ver caras y diferenciarlas.
En
el segundo trimestre existía una gran mejoría (mejor seguimiento de objetos).
A
los 6 meses semejante a la vista de adultos.
Fundamentalmente
concibe los contrastes marcados de formas, volúmenes y colores que le van
ayudar a conocer la diferencia entre superficie y profundidad, por ejemplo. Y
aún más importante, a discriminar objetos y personas.
COORDINACIÓN
INTERSENSORIAL
El
hecho de que un bebé de pocas horas sea capaz de volver su cabeza hacia la
fuente de un sonido muestra la existencias de una coordinación entre los
sentidos de vista y oído.
En
la coordinación intersensorial los sentidos empiezan a interrelacionarse.
Aparece
la coordinación vista-oído y la coordinación vista-tacto.
También
podemos decir que en los primeros meses siguientes, la habilidad de
coordinación intersensorial va mejorando y afianzándose.
ATENCIÓN
La
atención es la capacidad de aplicar voluntariamente el entendimiento a un
objetivo, tenerlo en cuenta o en consideración. Desde el punto de vista de la
psicología, la atención no es un concepto único, sino el nombre atribuido a una
variedad de fenómenos. Tradicionalmente, se ha considerado de dos maneras
distintas, aunque relacionadas. Por una parte, la atención como una cualidad de
la percepción hace referencia a la función de la atención como filtro de los
estímulos ambientales, decidiendo cuáles son los estímulos más relevantes y
dándoles prioridad por medio de la concentración de la actividad psíquica sobre
el objetivo, para un procesamiento más profundo en la conciencia. Por otro
lado, la atención es entendida como el mecanismo que controla y regula los
procesos cognitivos; desde el aprendizaje por condicionamiento hasta el
razonamiento complejo.
En
primer lugar todo niño parte de la atención cautiva, que es que los niños
prestan atención a todo, todos los estímulos le interesan pero no están
pendientes de un mismo estímulo mucho tiempo. Posteriormente se desarrollará la
atención voluntaria, el niño empieza a centrar su atención con la intervención
del lenguaje en determinados objetos. Es fundamental la intervención de la
madre.
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